{LOS RECIÉN NACIDOS Y LAS EMOCIONES}

Los recién nacidos no pueden ver bien, pero la investigación ha mostrado que lo que más les gusta observar es el rostro humano, especialmente los ojos.
La distancia entre ellos y tu cara cuando los sostienes en tus brazos, es la distancia perfecta para su enfoque visual. Esto no es un accidente, es la evolución y su "empuje" para lograr el vínculo y para que el bebé comience a estudiar el mundo social y emocional que lo rodea.

Las emociones básicas son genéticamente inherentes: las culturas de todo el mundo tienen las mismas. Pero, -cuando- nos enojamos y -cómo- nos enojamos, o cuando nos sentimos felices y -cómo- expresamos esa felicidad...es algo aprendido.

Nuestros hijos nos miran para evaluar cómo deben reaccionar. Para bien o para mal, como padres, somos sus barómetros emocionales.
Si bien solemos dedicar mucho tiempo y esfuerzo al desarrollo cognitivo de nuestros hijos (el que más "mide" la sociedad), el desarrollo social y emocional es tan importante, si no más importante, para el desarrollo de los niños.

De este abrazo, aprenden los dos: sobre amor, sobre vínculo, sobre familia.