{LE GRITÉ A MIS HIJOS...¿AHORA QUÉ?}

De todas las herramientas que me piden en mis asesorías a padres, definitivamente REPARAR es una de las más importantes.

Porque sí a todos los padres y madres nos ha pasado por lo menos una vez: perdemos la paciencia, gritamos y hacemos sentir mal a nuestros hijos.
 

Muchos me dicen:
"Andrea, pero si siempre le estoy pidiendo perdón, siento que solamente le enseño que está bien gritar/perder el control siempre y cuando después pida perdón."


 Algunos puntos importantes:

1) Claro, si lo hacemos constantemente, probablemente nuestras palabras pierdan peso y nuestro "perdón" deje de parecer real. Tomemos responsabilidad, y tratemos de reducir estos episodios.
2) Nuestros hijos son mucho más listos de lo que pensamos, y saben identificar la autenticidad de nuestro perdón..
3) Si no quieres pedirle perdón porque sientes que "ya fue mucho" (de tu parte como padre/madre) ¿cuál es tu solución? ¿no pedirle perdón?
 


Pedir perdón a nuestros hijos siempre será la mejor opción. Ahora, este perdón tiene que tener una característica importante: no sonar a victimización.

El perdón tiene que tener un tono neutro (no estoy feliz, ni triste), seguro, de liderazgo y con un toque de humildad.
 

 

A través de esta reparación auténtica le modelamos a nuestros hijos: compromiso (con la relación que tenemos con ellos), humildad, y también responsabilidad (de ser líderes sanos para ellos.)
También, a través de este reparar, les enseñamos que no son tontos/malas personas/no-dignos de amor simplemente por cometer errores.


¿Cómo podemos entonces reparar efectivamente?

A) Recordar lo que pasó ese día: "¿Te recuerdas ayer antes de irte a dormir? Perdi el control, estaba cansada y te levanté la voz. Me fui a dormir y me quedé pensando en eso. Me costó dormir por lo mismo. Traté de leer un libro para distraerme y eso me ayudó."

B)Tomando en cuenta el ejemplo anterior: da detalles. Tanto acerca de lo ocurrido, como acerca de la forma en la que te sentiste. Eso le dará más realismo y autenticidad a lo que le digas.

C) Modelar responsabilidad: a la frase anterior, agregar: "...me desperté con la misma sensación en mi pecho, y sabía que tenía que decírtelo. Eres lo más importante en mi vida, y lo que hice estuvo mal.  Lo lamento, haré mi mejor esfuerzo para que no vuelva a ocurrir"

D) Agregar una acción que puedas implementar en una próxima ocasión: "la próxima vez que esté a punto de estallar, voy a respirar profundo, tomar unos pasos hacia atrás, e irme si es lo que necesito para no gritarte"
Agregar esta acción les hace sentir que tienes un plan, y a ti te hará sentirte comprometido con esa acción que elegiste.


Finalmente, no olvides que este proceso de reparar es importante para tus hijos...¡pero también para ti! Como te mencioné al inicio de este newsletter, nos pasa a todos en algún momento. La vida es difícil y si estás leyendo esto, es porque eres un buen padre/madre que se suscribió porque quiere hacer un mejor papel.

 

  • ¿Te cuesta reparar? ¿Que parte es la que se te dificulta más de todo este proceso? ¿Te cuesta más con alguno de tus hijos que con otro?